¡Pa loca tu calva! 



sulero
Como he mencionado en ocasiones, los buenos biopics no tienen que ser siempre de personajes relevantes, basta que tengan una historia interesante y sobretodo sorprendente. “Phillip Morris, ¡Te quiero!” es de esas películas que, al acabarlas, te inunda una urgencia de comprobar si todo lo contado es cierto y si realmente existió un sujeto así, y por muy increíble que parezca, salvo pequeñas concesiones, lo es.
No es alguien que aparezca en libros de historia o cambiase el mundo con sus actos, pero mínimo es curioso averiguar cómo tan enorme estafador hizo lo que hizo. El tono cómico que rodea la cinta, inevitable con Carrey a la cabeza, hace que entre de forma ligera, y pese a que tiene algún bajón de ritmo en el tramo “romántico” carcelario, sus giros son un enganche perfecto. Súmale a esto un Ewan Mcgregor que se come la sobreactuación de Carrey de principio a fin, y que cuela como homosexual enamorado de forma magistral.
No es de esas películas que me pillaría para mi colección, pero si para revisionar de vez en cuando y sorprender a los nuevos espectadores. Recomendable.